El debate sobre si vapear es menos dañino que fumar ha sido intenso desde que los cigarrillos electrónicos se popularizaron hace más de una década. Expertos en salud pública, gobiernos y usuarios siguen divididos: algunos aclaman el vapeo como una herramienta revolucionaria para la reducción de daños, mientras que otros advierten sobre riesgos desconocidos a largo plazo. Este artículo examina la evidencia que compara el vapeo con el tabaco tradicional, explora sus respectivos impactos en la salud y aborda conceptos erróneos comunes para responder a la pregunta urgente: ¿Es vapear realmente menos dañino?

1. Diferencias clave entre vapear y fumar

Para comprender sus riesgos relativos, es fundamental distinguir cómo funcionan el vapeo y el tabaco.

  • Cigarrillos: Queman tabaco a altas temperaturas (más de 800 °C), liberando humo que contiene más de 7000 sustancias químicas, incluyendo más de 70 carcinógenos como el alquitrán, el monóxido de carbono y el benceno. Vapeadores: Calientan los líquidos para vapear (que normalmente contienen propilenglicol [PG], glicerina vegetal [VG], nicotina y saborizantes) a 200-300 °C, creando un aerosol (no humo) con muchas menos sustancias tóxicas.
    Suministro de nicotina: Ambos liberan nicotina, pero los cigarrillos lo hacen junto con subproductos tóxicos de la combustión. Vapear permite a los usuarios controlar la intensidad de la nicotina, incluyendo opciones sin nicotina.
  • Aditivos: El humo del cigarrillo contiene amoníaco (para aumentar la absorción de nicotina) y arsénico, mientras que los líquidos para vapear los evitan, pero pueden incluir sustancias químicas saborizantes de seguridad incierta.

2. Lo que dice la ciencia sobre los impactos en la salud

  • Exposición a toxinas: Múltiples estudios confirman que vapear expone a los usuarios a significativamente menos sustancias nocivas que fumar. Un informe de 2018 de las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina de EE. UU. (NASEM) descubrió que el aerosol de los cigarrillos electrónicos contiene niveles más bajos de carcinógenos y tóxicos que el humo del cigarrillo. Salud Pública de Inglaterra (PHE) sostiene que vapear es un 95 % menos dañino que fumar, citando la ausencia de combustión.
  • Sin alquitrán: Vapear evita el alquitrán, el residuo pegajoso del humo del cigarrillo que daña los pulmones y causa cáncer.
    Menos monóxido de carbono: Los fumadores tienen de 3 a 15 veces más monóxido de carbono en la sangre que los vapeadores, lo que reduce el estrés cardiovascular.
  • Toxinas traza: Si bien el aerosol de vapeo contiene formaldehído y acroleína, sus niveles son entre un 90 % y un 95 % más bajos que en el humo del cigarrillo con un uso normal.

3. Salud pulmonar

  • Fumar: Causa enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), enfisema y cáncer de pulmón.
    Vapear: Estudios a corto plazo muestran una mejor función pulmonar en fumadores que se cambian al vapeo. Sin embargo, vapear está relacionado con irritación respiratoria leve (p. ej., tos) y casos raros de lesión pulmonar grave (p. ej., EVALI), que se relacionaron con cartuchos de THC ilícitos que contenían acetato de vitamina E (vapeo de nicotina no regulado). 4. Riesgos cardiovasculares
  • Fumar: Duplica el riesgo de enfermedades cardíacas debido al monóxido de carbono y al estrés oxidativo.
  • Vapear: La nicotina aumenta la frecuencia cardíaca y la presión arterial, pero una revisión de la Asociación Americana del Corazón de 2022 no encontró evidencia concluyente que vincule el vapeo con daños cardiovasculares a largo plazo.

5. Riesgo de cáncer

  • Fumar: Causa el 85% de los cánceres de pulmón y contribuye al cáncer de garganta, vejiga y páncreas.
  • Vapear: No se ha establecido una relación directa con el cáncer, aunque se están realizando estudios a largo plazo. El informe de la NASEM concluyó que el vapeo presenta un riesgo de cáncer sustancialmente menor que fumar.

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6. El papel de la nicotina

La nicotina, si bien es adictiva, no es la principal causa de enfermedades relacionadas con el tabaquismo. Sus efectos cardiovasculares son comparables a los de la cafeína.

  • Fumar: Proporciona nicotina junto con toxinas mortales.
  • Vapear: Permite la ingesta de nicotina sin subproductos de combustión, lo que lo convierte en una alternativa más segura para los fumadores adictos.

7. Riesgos específicos del vapeo

Si bien vapear es menos dañino que fumar, no está exento de riesgos. Algunos aromatizantes (por ejemplo, diacetilo, cinamaldehído) pueden irritar las vías respiratorias al inhalarse. Los dispositivos de baja calidad pueden sobrecalentarse, produciendo subproductos tóxicos como el formaldehído.

  • Adicción juvenil: Los sabores dulces y los diseños elegantes han impulsado el vapeo entre los adolescentes, creando una nueva generación adicta a la nicotina.
  • Incertidumbre a largo plazo: El vapeo existe desde hace unos 20 años, mucho menos que el siglo de estudio del tabaquismo. Los efectos crónicos en la salud pulmonar y cardíaca siguen siendo poco investigados.

8. El vapeo como herramienta para dejar de fumar

Los ensayos clínicos y los datos reales sugieren que el vapeo ayuda a los fumadores a dejar de fumar. Una revisión Cochrane de 2021 determinó que los cigarrillos electrónicos son más eficaces que los parches o chicles de nicotina. El Servicio Nacional de Salud (NHS) del Reino Unido promueve activamente el vapeo como ayuda para dejar de fumar, con más de 50.000 fumadores que lo dejan anualmente. Sin embargo, el uso dual (vapear + fumar) es común y anula los beneficios de reducción de daños.

  • Public Health England (PHE): Respalda firmemente el vapeo para fumadores, afirmando que representa «una fracción del riesgo» de fumar.
  • Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. (FDA): Reconoce el potencial del vapeo para la reducción de daños, pero advierte contra su uso en jóvenes.
  • Organización Mundial de la Salud (OMS): Reconoce con cautela el papel del vapeo en la cesación del tabaquismo, pero enfatiza las lagunas regulatorias. 9. ¿Quién debería (y quién no debería) vapear?
  • Recomendado para: Fumadores que no desean o no pueden dejar la nicotina.
  • No recomendado para: No fumadores, especialmente jóvenes. Mujeres embarazadas.

10. En resumen

Según la evidencia actual, vapear es significativamente menos dañino que fumar. Elimina la exposición al alquitrán, al monóxido de carbono y a la mayoría de los carcinógenos. Vapear no es inocuo. Los riesgos incluyen adicción a la nicotina, irritación respiratoria y efectos inciertos a largo plazo. El mayor beneficio lo obtienen los fumadores que se cambian por completo al vapeo. El uso dual o la adopción por parte de no fumadores socava la reducción de daños.

Para los 1300 millones de fumadores en todo el mundo, vapear ofrece una solución intermedia pragmática entre dejar de fumar de golpe y seguir fumando. Si bien ningún producto de nicotina es completamente seguro, décadas de investigación confirman que la combustión, no la nicotina, es la principal causa de muerte en los cigarrillos. Los marcos regulatorios deben equilibrar el acceso de los adultos a la reducción de daños con la prevención en los jóvenes.

A medida que la ciencia evoluciona, también lo hará nuestra comprensión de los riesgos del vapeo. Por ahora, los fumadores que buscan una alternativa cuentan con pruebas sólidas de que vapear es una opción menos dañina, pero que requiere un uso informado y prudente.

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El uso de vapeadores está prohibido a menores y no se recomienda el uso de vapeadores a no fumadores.